El sonido y el silencio

Ahora que tenemos una breve definición de la música, sus orígenes y usos, es tiempo de hablar de sus partes (o ingredientes, si prefieres), lo que la compone. Comencemos con el sonido y el silencio.

Los sonidos son posiblemente los ingredientes más obvios de la música, pero de todos modos definámoslos porque será útil e interesante. Los sonidos son vibraciones que se transmiten a través del aire y llegan a nuestros oídos para ser procesadas por nuestros cerebros. Hay dos clases de sonidos, en general —agradables y desagradables. Llamamos a los agradables 'sonidos' y utilizamos algunos de ellos, las notas musicales, para hacer música. Llamamos a los desagradables 'ruido' y a nadie le gustan por un secreto que puede entenderse desde el mundo de la física. Si sientes curiosidad, puedes leer sobre ello aquí.

Pero el silencio también es muy importante en la música, puesto que complementa los sonidos de una canción y, con muchísima frecuencia, provee además momentos de intensísima expresión. Todo músico y compositor sabe usar tanto el sonido como el silencio; y la combinación de ambas es a menudo el secreto de una buena canción.

Sonido y silencio no es todo lo que hay, sin embargo. La música tiene cuando menos tres componentes más: la melodía, el ritmo y la armonía.

Para decirlo de la forma más breve, la melodía es la secuencia de notas que una canción tiene y que la hace única. Podrían haber otras definiciones, pero me parece que esta es la que más se adapta a lo que pasa en la realidad. Las melodías hacen a las canciones tan únicas que es fácil detectar cuando una toma una sección de otra canción y la copia. (Recuerda la canción "Ice, ice, baby" de Vanilla Ice y luego compárala con "Under Pressure", de Queen, y tendrás el ejemplo perfecto.) Incluso si cambias el ritmo de una canción completamente, si no cambias la melodía, simplemente tendrás una versión nueva de la canción original, algo que se conoce normalmente como un 'cover'.

En cuanto al ritmo —bueno— sin ritmo una canción simplemente no puede existir. Es lo que le da vida a una canción, lo que la define. En música, el ritmo a menudo depende de la percusión, pero no siempre. A veces el ritmo cambia más de una vez durante una canción —algo muy frecuente en la música latinoamericana. Esto nos recuerda que la música es un arte y que, a pesar de todas sus reglas, hay mucho espacio para la creatividad en ella.

Finalmente, tenemos la armonía. Si quieres una definición, es la combinación de diferentes sonidos en una combinación única y agradable; pero cuando se lleva a la práctica, no es nada fácil. Cuando un compositor trabaja la armonía de una canción, necesita imaginar qué nota necesita tocar la flauta para encajar con belleza con los sonidos del arpa, el violín, el piano y el tambor, todos al mismo tiempo; y no solo la nota, sino también su fuerza e intensidad. Quizá sea por esto que los trabajos de Beethoven, Bach o Mozart son tan admirables. lograron algo extremadamente difícil. Es tan difícil que hoy en día se prefiere grabar cada instrumento por separado y luego hacer la mezcla en un computador. Así, son necesarias muchísimas menos horas de ensayo para lograr que los músicos toquen perfectamente antes de comenzar a grabar.

Para resumir, la música siempre se compone de sonidos individuales que suenan rítmicamente uno tras otro (melodía) y al mismo tiempo que otros (armonía); dentro de una sucesión continua que, al terminar, es llama una canción. Las canciones se escriben siguiendo una notación especial a la que llamamos partituras, siguiendo unas cuantas reglas que veremos en detalle más adelante.

Ahora hablemos de las notas musicales.


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