Versos de una noche

Ahora ya es de noche...

me atrevo a decirlo,

esto es importante.

La puerta está abierta

sin fondo, sin goznes,

me acojo en su bruma

me sumerjo en ella.

Un pacto callado

mecido en el tiempo

de viejas vigilias,

de noches sin sueño,

de tardes de lluvia,

de brumas de hielo.

Te hablo y me entiendes,

me oye el silencio.

No aturdo el sosiego

de tu negro manto,

solo muevo manos

que construyen versos.

Manos que han soñado

ventanas abiertas,

espejos de negro,

espacios desiertos,

las olas sin playa,

bosques de un invierno

de ramas heladas

cubiertas de nieve

de musgo y helechos.

Manos que han tenido

presión en sus dedos,

sintiendo otro cuerpo

vibrar en el viento.

Hoy son ramas viejas

de un roble sin techo.

Ella lee y piensa,

ese es su derecho.

Ella lee y piensa

y empuja mi sueño.

Me obliga a pararme,

me callo y asiento.

Detrás de lo oscuro,

ni espacio ni brisa.

La imagen se muere,

todo se adormece,

se apaga mi fuego...

Hoy la noche me habla,

palabras sin dueño.

Me obliga a pararme

me callo y asiento.

Ahora me susurra,

me envuelve en sus brazos,

me acuna, me briza,

me duermo en su seno.

No habrá más mañanas...

despacio...despacio...

silencio...silencio...

el poeta ha muerto.

© José Antonio Aspetitia


Azpeitia, José Antonio, natural de San Sebastián, España, es economista. Habiendo ganado el Premio Literario del Club Guipúzcoa de San Sebastián, colabora en varias revistas de poesía y algunas páginas de Internet.


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